Los cuatro generalmente se refieren a la conciencia, el reconocimiento, la apreciación y la acción. La conciencia consiste en reconocer los aspectos positivos de la vida y la amabilidad de los demás. El reconocimiento significa conscientemente señalar las donaciones y el apoyo recibidos de otros. La apreciación va más allá sintiéndose profundamente y expresando gracias por estas contribuciones, mientras que la acción implica demostrar gratitud a través de gestos o palabras, promoviendo un ciclo de amabilidad y positividad.
Los cuatro elementos de gratitud a menudo incluyen reconocimiento, comprensión, apreciación y expresión. El reconocimiento es notar las cosas buenas de la vida y las contribuciones hechas por otros. La comprensión se refiere a la comprensión del valor y el impacto de estas contribuciones en su vida. La evaluación consiste en sentir un sentimiento de reconocimiento por la amabilidad recibida, mientras que la expresión abarca la comunicación de esta gratitud, ya sea por agradecimiento verbal, notas o actos de bondad a cambio.
En el budismo, los cuatro obstáculos generalmente subrayados son la gratitud para los padres, maestros, amigos y todos los seres sensibles. La gratitud hacia los padres enfatiza los sacrificios que hacen para sus hijos. La gratitud hacia los maestros reconoce el consejo y la sabiduría transmitida. La gratitud hacia los amigos reconoce el apoyo y la sociedad compartida. Finalmente, la gratitud a todos los seres sensibles incluye una comprensión de la interconexión y la compasión hacia los demás, fortaleciendo la importancia de la amabilidad en el mundo.
El sujeto AA de la actitud de gratitud gira en torno a mantener una perspectiva positiva, en particular en el contexto de la recuperación. Él destaca la importancia de reconocer y evaluar el apoyo recibido de otros y reconocer el progreso realizado. Esta actitud alienta a las personas a centrarse en aspectos positivos de la vida en lugar de experiencias negativas, la promoción de la resiliencia y la fuerza ante los desafíos.
Las etapas de gratitud pueden considerarse como una conciencia, una reflexión, una expresión y una práctica. La conciencia consiste en reconocer el bien en su vida y las contribuciones de los demás. La reflexión fomenta una contemplación más profunda de estas influencias positivas y sus impactos. La expresión se refiere a la comunicación activa de gratitud, ya sea verbalmente o por acciones. La práctica es integrar la gratitud en la vida diaria, cultivar un hábito de reconocimiento que puede mejorar el bienestar y las relaciones globales.