La Biblia habla en gran medida de la eternidad, enfatizando su significado en el contexto de la creación de Dios y la experiencia humana. La eternidad a menudo se considera como la duración infinita que se extiende más allá de la vida actual, donde la existencia de Dios y el reinado trasciende la comprensión humana. En Eclesiastés 3:11, dijo: «Hizo todo hermoso en su tiempo. También estableció la eternidad en el corazón humano; sin embargo, nadie puede entender lo que Dios ha hecho de principio a fin. El verso sugiere que los humanos tienen una conciencia innata innata de la eternidad, lo que indica un deseo de algo más allá de la existencia temporal.
El concepto bíblico de la eternidad implica la idea de una relación eterna con Dios. Refleja la creencia de que la vida continúa después de la muerte física, lo que lleva a la comunión eterna con Dios o a la separación de él. Este concepto es fundamental para la escatología cristiana, que trata los eventos finales de la historia mundial y el destino final de la humanidad. Pasajes como Apocalypse 21: 1-4 describen un cielo nuevo y una nueva tierra, donde Dios vivirá entre su pueblo, lo que significa el cumplimiento de la vida eterna con él.
Jesús habló de la eternidad en varias enseñanzas, a menudo vinculándola a la promesa de la vida eterna por fe en él. En Juan 3:16, dijo: «Porque Dios amaba tanto al mundo que le dio a su único Hijo, que quien cree en él no perece pero tendrá vida eterna». Esto destaca el mensaje central del Evangelio: la fe en Jesús es el camino de la vida eterna. Además, en Juan 10:28, Jesús asegura a sus discípulos: “Les doy vida eterna y nunca perecerán; Nadie los arrancará de mi mano ”, reforzando la seguridad de la vida eterna para los creyentes.
La vida eterna, según la Biblia, se describe no solo como una existencia interminable, sino como una calidad de vida caracterizada por una relación personal con Dios. En Juan 17: 3, Jesús define la vida eterna como conocer al único verdadero Dios y Jesucristo, a quien envió. Esto indica que la vida eterna comienza en el presente a los creyentes, manifestándose en la transformación espiritual y la comunión con Dios. Él enfatiza una vida, esperanza y satisfacción por conexión con el Creador.
La Biblia describe varias actividades y experiencias en las que los creyentes participarán durante la eternidad. Apocalipsis 21: 3-4 representa un momento en que Dios limpia cada lágrima, y no habrá más dolor, sufrimiento o muerte. Este pasaje transmite una visión de alegría eterna y paz en la presencia de Dios. Además, Apocalypse 22: 3-5 habla de creyentes que sirven a Dios y reinan con él, enfatizando la naturaleza activa y determinada de la vida en la eternidad. El tema mundial es el de adoración, comunión y una relación restaurada con Dios, libre de los límites y las luchas de la existencia terrenal.