La Biblia no indica explícitamente que el matrimonio es obligatorio para todas las personas. Aunque el matrimonio a menudo se describe como una institución deseable e importante en las lecciones bíblicas, no existe un mandato que obligue a cada persona a casarse. Los escritos proporcionan varios ejemplos y lecciones sobre el matrimonio, enfatizando su significado para la empresa y la continuación de las líneas familiares, pero no legislan el matrimonio como un requisito para todos los creyentes.
Aunque la Biblia promueve la idea del matrimonio y la presenta como una alianza sagrada, no declara que el matrimonio es obligatorio. En 1 Corintios 7, el apóstol Pablo analiza las ventajas del matrimonio y el celibato, lo que sugiere que el sencillo restante puede ser una opción válida y honorable para aquellos que pueden aceptarlo. Él enfatiza que cada individuo debe tomar una decisión de acuerdo con su situación y su apelación, lo que indica que el matrimonio no es una necesidad sino una elección personal.
La cuestión de si el matrimonio es imprescindible en la Biblia es matizada. Las Escrituras destacan la importancia de las relaciones matrimoniales en varios contextos, como la procreación y el apoyo mutuo. Sin embargo, muchas personalidades bíblicas, incluidos Jesús y Pablo, permanecieron solteros y suplicaron el valor del celibato. Esto sugiere que si se estima el matrimonio, no es un requisito absoluto lograr su objetivo o vivir una vida justa de acuerdo con los principios bíblicos.
La Biblia presenta el matrimonio como un aspecto importante de la vida, especialmente en el contexto de la capacitación de familias y comunidades. Sin embargo, esto no requiere que las personas no se casen para vivir una vida plena o piadosa. El enfoque en el matrimonio en la Biblia a menudo se centra en sus posibles ventajas en lugar de imponerlo como una obligación estricta. Se alienta a las personas a pedir el consejo de Dios sobre su situación personal, ya sea que conduzca al matrimonio o a una vida de celibato.
No se clasifica como un pecado en la Biblia no casarse. Las entradas reconocen que diferentes personas pueden tener diferentes llamadas y caminos en la vida. Por ejemplo, 1 Corintios 7 reconoce los dones del matrimonio y el celibato, lo que indica que cada estado tiene sus propios méritos. La decisión de casarse o permanecer soltera se deja a una convicción personal y una dirección divina, en lugar de ser considerado como un fracaso moral o un pecado contra las lecciones bíblicas.