Un narcisista a menudo sabe que te duele, pero puede que no comprenda completamente el impacto emocional de sus acciones. Su objetivo principal tiende a estar en sus propias necesidades y deseos, lo que los lleva a priorizar sus propios sentimientos sobre el bienestar de los demás. Aunque pueden reconocer que su comportamiento causa dolor, podrían racionalizarlo o rechazarlo como no relevante, a menudo creyendo que sus acciones están justificadas. Esta falta de empatía es una característica del comportamiento narcisista y contribuye a su capacidad para infligir daño emocional.
El último punto de un narcisista a menudo implica la manipulación y el engaño como un medio para recuperar el control de la situación o la persona. Pueden usar tácticas como la iluminación de gas, donde distorsionan la realidad para hacerle dudar de sus percepciones y sentimientos. Además, podrían usar el juego de la víctima, tratando de evocar la simpatía de los demás para desviar la culpa o las críticas. Esta maniobra final puede ser particularmente dañina, porque fortalece su historia mientras se somete a su autoestima y su sentido de la realidad.
Cuando un narcisista te duele, puede sentir una variedad de emociones, pero a menudo giran en torno al interés personal en lugar de un remordimiento real. Podrían sentir sentimientos de superioridad o satisfacción, en particular si perciben que sus acciones les han adquirido control o poder sobre usted. Aunque no sienten empatía por sus sufrimientos, pueden sentirse amenazados si desafían su comportamiento o los manifiesta, lo que resulta en reacciones o represalias defensivas en lugar de reconocer sus actos reprensibles.
Cuando un narcisista trata de destruirte, a menudo se involucra en un modelo de manipulación y violencia emocional diseñada para socavar tu autoestima y tu sentimiento de identidad. Esto puede manifestarse mediante críticas constantes, control o intentos de aislarse de su sistema de apoyo. Su objetivo es afirmar la dominación y el control, lo que puede causar angustia emocional significativa. El comportamiento destructivo puede dejar cicatrices psicológicas profundas, lo que hace que sea crucial reconocer estas tácticas y solicitar apoyo para encontrar su fuerza y autonomía.
La humillación de un narcisista generalmente no se recomienda porque puede causar nuevas represalias y degenerar la situación. En lugar de apuntar a la humillación, puede ser más efectivo establecer fronteras firmes y priorizar su propio bienestar. Los narcisistas prosperan en las reacciones emocionales de los demás, para que el mantenimiento de su compostura y su desprendimiento puedan reducir su poder. La construcción de una confrontación directa puede no dar resultados positivos y centrarse en su propia curación y su empoderamiento puede ser un enfoque más saludable y constructivo.